Como las otras dos veces anteriores, fuimos recibidos muy bien por parte de todos los ecuatorianos que nos tocó contactar. Al regreso nos enteramos que uno de ellos no estuvo muy contento con nuestra visita, mas eso no empaña el éxito que, para la empresa, tuvo el viaje.
En general, contactamos clientes, hicimos siete instalaciones de prueba del producto que intentamos introducir, avanzamos en el cierre del acuerdo con el que será nuestro representante, abrimos la cuenta corriente y realizamos reuniones y finiquitos con los abogados.
Mucho trabajo y poco tiempo para Edoardo (que me acompañó) de conocer algo de la ciudad. Apenas tuvimos un día (domingo) en el que Marco Atig, que puede ser nuestro representante, nos enseñó partes de la ciudad. Marco es un guía turístico de lujo, pues su infancia transcurrió en lo que es hoy el casco histórico (Declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad), y entonces matiza la historia con vivencias y anécdotas personales.
Lo nuevo que conocí de Quito fué la Calle de La Ronda, una calle hasta hace poco centro de reunión de malandrines y chicas malas (o buenas, según la perspectiva). La ciudad los y las desalojó a todos, remodelando la calle, creando un centro cultural y, además, fomentando la instalación de cafés y restaurants, que ya hay algunos. Un exitazo del que debíamos aprender aquí en Caracas.
Aquí les coloco unas fotos:
Calle de La Ronda
1 comentario:
Muy buena la idea, de estar al día.
Y ya que leerás el comentario, mi mas sentido pésame por ese palizón de los malandros del Barsa. ¿CuáNTO LE DIERON? cON MENOS GOLES TAMBIÉN HABÍAN RECIBIDO UNA BUENA RECOMPENSA.
Muy bueno
Julián
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